Conócete a ti mismo y conocerás el Universo. Sócrates.
Identidad es la respuesta a las preguntas quién soy, qué soy, de dónde vengo, hacia dónde voy. Pero el concepto de identidad apunta también a qué quiero ser.
Al buscar construir identidad, ya sea esta personal, profesional, empresarial o de marca, nos encontramos con la necesidad de hacer una valoración de los aspectos genuinos y que nos diferencian positivamente, por un lado, para validarlos y reforzarlos, y por otro lado eliminar aquellos de poco valor, poco genuinos y débiles en el fondo, algo así como máscaras que hemos ido creando como apariencia o para aislarnos o protegernos de nuestros similares.
Este proceso tiene un valor e importancia que debemos de valorar y priorizar, puesto que al conocernos, al reconciliarnos con nosotros, al mirar con satisfacción nuestro interior , nos va a permitir el lujo y gusto de abrirnos con transparencia a los demás, dejarlos ver hacia adentro, sin temor y con satisfacción.
De paso cosechamos grandes beneficios en nuestra salud, intimidad, confianza, productividad, paz y una apertura mayor a recibir la Bendición de Dios.
Esto nos permite también, parafraseando a Maxwell tener los cimientos puestos para aumentar nuestra influencia en cualquier área mediante lo que llama los cuatro instrumentos universales de las personas de fe: la habilidad, llamado, el servicio y el carácter.
No dejemos de lado la tarea de retarnos a nosotros mismos, a romper nuestra comodidad y llevarnos un paso más allá, empujar nuestros límites y maravillarnos de lo que Dios nos puede permitir ver y hacer.
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